Curiosidades sobre la Higiene en la Edad Media

By Jose R

Seguramente hemos visto alguna película bélica de la época medieval. Muchas de ellas son entretenidas y también nos enseñan historia cuando está basada en hechos reales, pero hay algo en particular en lo que pensamos cada vez que hablamos de la edad media. La suciedad que imaginamos en esos tiempos, personas que no se bañan, dientes podridos, cabellos enmarañados, ¡gente escupiendo por todas partes! Un foco de enfermedades. Todo esto es resultado de lo que Hollywood ha querido que entendamos, pero es mentira. La verdad es que como todo ser humano, en la edad media también tenían una especie de consciencia de que la suciedad estaba mal y era muchísimo más preferible estar limpios que llenos de mugre. En ese tiempo las personas también tenían sus propias maneras de cuidarse, algunas más curiosas que otras y son esas las que te mostraremos en la lista.

Mucha grasa para el cabello

Con el pasar del tiempo las ambiciones por la belleza no han cambiado mucho, la gente siempre se ha preocupado por verse muy bien. Desde los tiempos pasados el tener una melena rubia era característica de ser distintivo y hermoso. Las mujeres de la época se trataban el cabello con aceite de oliva y cebollas para aclararlo.

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Este interesante hack no era el único que utilizaba la nobleza o las personas para lucir más acorde a los estándares. Para tener un cabello sedoso y suave solían utilizar grasa de tocino para acondicionarlo. Las mujeres de clase alta tenían la ventaja de lavar su cabello con cenizas y clara de huevo, aunque esto no siempre las protegía de los molestos piojos. Los piojos son la razón por la cual las mujeres de clase alta llevaban consigo un alfiler y así poder deshacerse de ellos.

La cama con dosel no es sólo decorativa

¿A quién no le gusta el estilo de decoración que tenían los monarcas para su hogar? Parecen castillos sacados de cuentos de hadas. Las cortinas, los muebles, todo es magnífico pero apuesto que algunos de ustedes habrán notado las camas ¿verdad?

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Esas grandes camas con dosel no sólo son una invención para la estética, sino que tenía otro fin más útil. Debido a que la arquitectura de la época no era tan buena, muchos insectos y excrementos llegaban a caer encima de las camas y es precisamente por eso que estaban techadas.

Sin cabello y sin salud

Tenemos en cuenta que la calvicie ha sido un problema preocupante y persistente para los hombres durante década. Lamentablemente para la gran mayoría del género masculino los tratamientos capilares aparecieron a mediados del siglo XX, desafortunadamente eran muy costoso para todo público.

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En aquella época a los hombres de toda clase social incluidos los miembros de la realeza se les informo tratamientos convencionales como combinar sales de potasio mezclada con excremento de pollo fresco, esa clase de ungüento lo frotaban en su calva, ¿pueden imaginar el desastre que esto causaba?

Una cuestión de compartir

En lo que respecta a modales de etiqueta para ese tiempo, podemos imaginarnos o esperar que la clase alta tuviese modales de etiqueta. Claramente tampoco esperemos demasiado porque estamos hablando de la edad media, y ocurrió hace muchísimo tiempo como para eso.

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Un hecho muy curioso e inquietante es que todos comían de un solo plato, tomaban sus alimentos desde ahí. No podemos decir que sea mucho más, pero la realeza usaba solo un par de dedos para sostener los alimentos. No existían tales cosas como los tenedores.

Un problema pulgoso para el Rey Enrique

Al parecer los registros de aquella época de Enrique VIII mantuvo por muchos años una batalla contra los escasos estándares de limpieza e higiene sus época, pero lamentablemente no tuvo mucho éxito en sus numerosos intentos para librarse de ellos.

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En su dormitorio tenía su cama real la cual estaba forrada y rodeada de pieles de animales y estas estaban infestadas de pulgas, piojos y ácaros que infestaban cada rincón del castillo, Enrique ordeno colocar grandes equis de color rojo en los paredones para evitar que los sirvientes y cortesanos hicieran sus necesidades en ellas, este como varios de sus intentos fallaron.

Terror a tomar un baño en la realeza

Todos hemos escuchado historias o visto películas donde se muestran los hábitos de higiene de la realeza europea, pero muchos desconocen el porqué. Los europeos tenían costumbres y también ideas muy desmesuradas sobre lo que significaba bañarse. Incluso pensaban que su vida estaba en peligro cuando se sumergían al agua.

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Ellos pensaban que existía algo llamado “mal aire” que podía entrar por tu piel, específicamente por los poros de esta. Al tomar baños calientes y los poros abrirse, pensaban que se sometían a muchas enfermedades y peligros. Es por eso que incluso los monarcas no tomaban muchos baños anualmente.

El sacrilegio de usar tenedores

No podríamos leer algo más absurdo, lo sé. Algo como los tenedores siendo un insulto al señor. Si alguna vez conociste la historia de la ruta de la seda, entonces sabrás que aparecieron en Venecia gracias a ella y fueron usados en eventos importantes.

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Por supuesto, esto causó un revuelo tremendo porque la lógica de los invitados fue “Dios nos hizo con dedos para comer” por lo cual los tenedores le parecieron una invención innecesaria y que atentaba contra el mismo Dios. Gracias a él, hoy en día podemos comer con cubiertos.

¡Anne de Cleves espantaba a su esposo con su olor!

Anne de Cleves fue la cuarta mujer con la que el rey Enrique VII contrajo nupcias. Él fue muy conocido por tener numerosas esposas, Anne creo una particular reputación que resalta mucho su higiene personal que la caracterizo por mucho tiempo.

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Henry acepto contraer matrimonio con la famosa mujer de nobleza Alemana basándose en tan solo un retrato de ella, al llegar el día de que se conocieran Enrique quedo perplejo con la sorpresa de que Anne emanaba olores muy desagradables.

Usar tenedores era una cuestión de mujeres

Si te sorprendiste mucho al saber que los tenedores eran un sacrilegio a nuestro señor, te sorprenderás mucho más al saber que no era lo único por lo que eran criticados los que los utilizaban. También pensaban que usarlos te hacía ver muy femenino, por si no fuera suficiente ya.

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Algunos hombres se negaban a utilizar los tenedores porque se veían afeminados y creían que solo las mujeres debían hacerlo. Gracias al cielo, con el paso del tiempo y los avances en la higiene, se implementaron cada vez más hasta ser comunes en nuestras mesas.

La reina Isabel y su afán por el plomo

En algún punto del mandato de la reina Isabel casi muere por la enfermedad de viruela que la azotó sin clemencia. Al terminar la enfermedad sabemos que quedan las características cicatrices, pero eso no podía ser permitido. En Inglaterra, el ser de tez morena para aquellos tiempos significaba no tener dinero o no ser de clase. La reina se preocupó por ser aún más blanca que la leche.

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La reina logró verse muy blanca utilizando la “ceruse veneciana”. De esta forma podía maquillarse pero la baja tecnología en el mundo cosmético cobra sus precios. Esta manera de maquillarse era a base de plomo, por lo que en muchas cantidades puede intoxicar. No era ese el único problema, porque podían dejarse el maquillaje por más de 5 días y el desmaquillarte contenía mercurio, lo que es casi lo mismo en materia de intoxicaciones.

Castillos y encierros para el mal olor

En los castillos de la época medieval vivían cientos de personas, miles, y los desechos eran un problema para ser eliminados. El olor era un grave problema, los desechos de todos mezclados entre sí provocaron un resultado desastroso e insalubre.

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Los desperdicios humanos abundaban por doquier, las personas acudían a hacer sus necesidades naturales en cada rincón alejado. Bajo las escaleras solía ser un lugar, o cerca de las chimeneas. Agradecemos no poder oler nada cuando vemos la televisión en ese tipo de películas, porque debía ser una tortura.

El Rey Enrique IV espantaba con su olor

Enrique IV, nacido en Francia reconocido en su época por todo tipo de clase social por ser un gobernante muy bueno para Francia. Hay muchos motivos por los cuales es recordado, y uno de ellos es cómo hizo que la calidad de vida del pueblo francés aumentase.

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Enrique ayudó a Francia a ser más tolerante en el tema religioso en aquellos tiempos, pero no fue lo único que los franceses toleraron ¡también toleraron su olor! Hasta su ex esposa tenía numerosas quejas sobre su apestoso olor a ajos. Es muy difícil de creer que Enrique haya tenido tantas aventuras amorosas de una noche apestando como lo hacía.

Las maneras en la mesa de la edad media

En la ficción los eventos y fiestas medievales solían ser atracciones donde todas las personas comían hasta reventar y bebían hasta que sus estómagos no pudiesen más. No es muy verídico, porque al menos la gente sabía que se debía ser higiénico y comer balanceado.

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Los modales no eran tan sofisticados pero sí los había. Había cosas básicas que no se podían hacer, como sonarse la nariz mientras comías. Nada fuera del otro mundo, pero después de todo éramos humanos civilizándonos y no se puede esperar tanto.

Muerte en embarazos

Nos hemos hecho la pregunta de cómo serían los partos en la época medieval. Sabemos que no existían antibióticos u otros medicamentos para tratar a la madre o al hijo por lo que era muy peligroso para ambos. Cada vez que este suceso se daba, el desastre se asomaba por la ventana.

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La manera tan “ingeniosa” con la que trataban este asunto era prohibirle a la madre levantarse de la cama muchas semanas antes de que el bebé naciera. Después que se daba el parto y la madre sobrevivía, no se le permitía ver a hombres y se mantenía aislada  durante más de un mes en su habitación debido a su “impureza”.

 Ropa interior para ocultar el olor

Muchos nos hemos preguntado cuando vemos películas o leemos libros, ¿cómo sería la ropa interior en aquellos tiempos? Es un asunto curioso, porque realmente no existía la ropa interior pero sí utilizaban algo para taparse, el lino. Por supuesto había muchos tipos y dependiendo de tu estatus económico podías encontrar mejor tela.

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Afortunadamente, aunque no se bañaban mucho sí cambiaban sus ropas y lino. Todo dependía claro cuál era su posición económica o cuanto podías permitírtelo. Algunos lo hacían semanalmente, pero el rey lo hacía muchas veces al día. Al menos sabemos que lavaban la ropa, con esencias de olores para el rey y las personas comunes con vinagre.

Papel higiénico en la edad media

No sabemos si estabas al tanto de esto, pero el papel higiénico no es un invento tan viejo como pensábamos. Resulta que en un tiempo pasado las personas anduvieron por la vida sin saber qué era el papel higiénico, por lo que muchas ideas debía fluir para poder ingeniárselas.

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Los tiempos no eran buenos para el ciudadano común, la mayoría estaba sumergida en la pobreza en Europa. Las personas comúnmente utilizaban hojas, o alguna cosa que encontraban para usar. Por supuesto, las personas de más dinero usaban lana o paños con mucha más suavidad. Como ya vimos en un anterior segmento, el rey tenía la propia persona encargada para eso.

La Reina Isabel y el Rey Fernando y su miedo a los baños

Cuando escuchamos el nombre de Isabel y también el de Fernando pensamos en monarcas de fama  en la historia, y es que lo son, pero también tienen fama por algunas otras cosas curiosas. Como por ejemplo, fueron en contra de la idea de bañarse por mucho tiempo.

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Enemigos del baño, pensaban que era una práctica que se oponía a la religión y te llevaba a practicar actos de los cuales moralmente podrías ser juzgado, impurezas. Es curioso que hoy en día las ideas sean completamente diferentes, y menos mal que así es.

El Rey Fernando II de Aragón y su momia llena de piojos

Cuando pensamos en reyes lo que menos se nos ocurre es que sean piojosos, pero este mal en tiempos pasados azotaba a cualquier persona que no fuera muy higiénica. Ya sabemos que los europeos no lo eran mucho y no te imaginarías las sorpresas que podrías llevarte.

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Al examinar los restos del rey Fernando, se dieron cuenta que no sólo financió el viaje responsable de que américa fuese descubierta ¡sino también algo sorprendente en la cabeza del rey! Y no solo en la cabeza. Resulta que la momia que encontraron del rey tenía piojos en sus partes íntimas y también en su cabello. La cantidad de mercurio encontrado en la zona nos deja sabiendo que intentó, al menos, acabar con el problema aunque le costó la vida.

Plomo para calmar la sed

Hay muchos datos curiosos e impresionantes sobre la vida pasada de nuestra especie humana, pero este sin duda te sorprenderá. Las personas, por raro que parezca, no acostumbraban a tomar agua. Al parecer esta costumbre se perdió con el paso del tiempo.

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Las personas pobres no tenían acceso alguno al agua caliente como para tomarla sin bacterias y sin que fuese riesgoso, en su lugar bebían leche o tomaban en cantinas toda clase de licores. Los ricos, por su parte, tenían almacenada agua en contenedores hechos de plomo, lo cual no fue muy saludable para ellos.

Donación de leche de la condesa

¿Quién dice que las personas ricas no pueden tener un buen corazón? Podemos ver actos caritativos de todas partes, pero apuesto que nunca lo esperas del baño de una persona. La condesa Clara quizá no era de la realeza pero fue amante de Ernest Augustus y eso le daba mucha importancia además de ser noble.

Créditos: Economicr

La condesa era muy fan de bañarse en leche, un lujo que muy pocos podían darse para la época. Para realizar actos caritativos, donaba el sobrante de su baño a las personas de escasos recursos. La pregunta del milenio ¿para qué? No lo sabemos, pero esperamos no la hayan ingerido.

De los creadores del baño de leche, llega el baño del vino

Hemos visto muchos datos extraños de los aristócratas de la edad media, y al ver este título pensaríamos que es otra manera de derrochar dinero para que todos notase la fortuna al bañarse en vino. El motivo para esto es más inquietante de lo que piensan.

Créditos: Economicr

El baño no era algo para nada común, y ya vimos anteriormente que de hecho les horrorizaba la idea de bañarse, pero las personas apestaban. La solución para ellos era bañarse en vino o frotarse con paños remojados en él para así acabar con el mal olor que producían sus cuerpos.

Los perfumes y otras excentricidades

En la Europa medieval no existía tal cosa como el jabón, pero llegó uno a principios de esta era. Lamentablemente para los avances en higiene, realmente no era un buen jabón porque estaba hecho con grasa de cordero. Algo así no puede limpiarte muy bien.

Créditos: http://www.diptyqueparis-memento.com/en/a-history-of-the-gestures-of-perfumery/

Con el pasar de los años y la llegada del siglo XII fue que llegaron los jabones hechos de hierbas y aceite de olivo. Claramente, los pobres no podían acceder a esta clase de lujos, por lo que tocaba apestar. Las personas de clase alta utilizaban el perfume para alardear más que para realmente oler bien. Como eran costosos, usarlos denotaba que tenías dinero.

El secreto de la ropa blanca

Continuando con la temática del lino, era un claro indicador de riqueza y de una muy buena posición social, el lino limpio era signo de ser respetado, mientras el lino blanco representaba riqueza, para aquella época el lino fue una revolución.

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El lino mientras más blanco fuese el producto tenía más impacto en la sociedad ya que hacia presumir más riqueza, para que el lino  se mantenga blanco y brillante usualmente para la época usaban lejía. Incluso algunas personas utilizaban orina humana para blanquear.

El gusto del rey Enrique VIII por los baños

Enrique octavo no fue una persona tan antihigiénica, para alivio de muchos al leer esta lista. En realidad el monarca era muy afanado por la higiene personal y limpieza. Para la época era bastante limpio, después de todo no podemos exigir mucho a la edad media.

Créditos: Economicr

Enrique ordenó la construcción de muchos baños en sus palacios, pero sabemos que no eran muy utilizados por la mentalidad que tenían en esa época. Sabemos que a Enrique le gustaba mucho calentar agua y darse buenos baños, aunque también sufrió problemas de salud por lo mismo. En definitiva, los excesos son malos.

El rey Enrique VIII huyó de la suciedad durante 4 meses

La mente del monarca Enrique VIII pareció ser un poco más cautelosa en materia de gérmenes. Al vivir con tantas personas llegó a un punto que ya no soportaba la suciedad, tampoco la asquerosidad. Su solución fue dejar la mugre atrás y mudarse cuando era demasiada.

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Enrique se aventuró a un viaje en el cual visitó muchos palacios, más de 600 de ellos, buscando un sitio donde pudiese asentarse cómodamente y no ahogarse en los desechos humanos. Pasó mucho tiempo de su vida buscando un palacio, hasta crecer.

Terribles ciencias médicas

En el segmento de los partos pudieron notar que las ciencias médicas de la época no eran muy avanzadas que digamos, tanto así como para que las mujeres muriesen dando a luz. Todo el mal y todas las plagas eran culpa del aire malo, no se podía ser más ignorante. Ahora en materia de medicinas, es otra historia. Los médicos recetaban comer partes humanas para ganar fuerza ¡increíble!

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Lo consumido se llamó Mumia, y era como lo imaginas, un polvo hecho a base de hierbas y también partes del cuerpo humano trituradas. No se podía ser más ignorante, y es lo sorprendente de esta lista. Lo peor era lo aceptada que esta teoría era entre los monarcas.

Perturbador regalo en las camas

En la edad media hubo una época donde la religión gobernaba de forma suprema, ya que la escasa medicina que había para la época las personas podían morir por una simple estilla de madera en el dedo sin tantos recursos empezaron a aplicar rituales religiosos, como la oración, el ayuno y la confesión.

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Creían que viendo su piedad y vulnerabilidad, Dios curaría a la persona enferma, mientras la familia real española llevo las cosas a un extremo donde retiraban partes de los santos fallecidos algunas veces cadáveres enteros, eran santos milagrosos para ellos en aquella época.

Baños para todo un regimiento

Los baños que conocemos hoy en día son sitios íntimos y pequeños donde nosotros estamos en completa intimidad con nuestra persona, teniendo suerte, estaremos acompañado. En un pasado era distinto, los baños eran grandes y cuando las personas de realeza se duchaban, tenían muchos invitados especiales ¡Carlomagno se llevó el record de su tiempo en invitados!

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El generoso Carlomagno invitaba a sus familiares a darse una ducha, a sus hijos, a sus amigos y a quien pudiese. Incluso en ocasiones invitó a su ejército a tomar una ducha con él. Entonces, ¿pueden imaginarse a 100 personas compartiendo la misma agua? Un espectáculo desagradable.

Los dulces de Isabel I y sus problemas dentales

No es un secreto para nadie que en la Europa antigua aún no existían los cepillos de dientes, nos podemos imaginar a todos con sus dientes amarillos y mal cuidados. No obstante, tenían sus propias formas de cuidar sus dentaduras.

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Para sorpresa de muchos, la salud de las dentaduras europeas era mucho más de la que creíamos. El azúcar para ese tiempo era incomparable para los pobres, por lo que no la consumían mucho. La reina Isabel primera era una fanática de los dulces, lo cual la llevó a perder sus dientes, se pudrieron uno a uno y entonces utilizaba dientes falsos.

Limpieza de la madre naturaleza

Al no haber retretes accesibles para todo el mundo, y tampoco aún existía tal cosa como un inodoro, ni sistema de desagüe ¿cómo las personas se deshacían de los desechos? No es ninguna sorpresa que las ciudades enteran apestasen a excremento.

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Aún con todo esto, las cosas podían volverse más asquerosas. El modus operandi era tirar sus desperdicios en la calle, esperando que la naturaleza lo limpiase con una fuerte lluvia. Las ciudades debían estar llenas de enfermedades y agentes patógenos para aquellos tiempos.

El hedor de los castillos

Muchos nos hacemos la pregunta de si la plomería era algo que existía en la edad media, por ser algo tan sofisticado. En lo personal yo pensaba que no existía, por lo que esta noticia me sorprendió a mí también, ¡sí existió! Pero solo las personas ricas podían acceder a ella.

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Los retretes de los castillos medievales se llamaban garderobes y  consistían en una rampa que arrastraba todo lo que cayera en ella hasta el fondo. Sí, los desechos humanos caían alrededor del castillo, por lo que la brisa no debía ser muy agradable y podría olerse desde lejos.

El peor lugar para las prendas

En la época del rey Luis XIV la ropa era sinónimo de clase, mientras más conjuntos tuvieses más de clase eras considerado. Para darle una buena impresión al rey, todos los nobles gastaban todo el dinero que se tenían permitido y más en conjuntos de ropa. Lo inquietante y asqueroso del asunto es dónde la almacenaban.

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Toda la preciada ropa era guardada cerca de donde acudían al llamado de la naturaleza, el espantoso olor seguramente impregnaba la ropa. Lo hacían para espantar insectos y otros invasores no deseados, pensaban que naturalmente tal y como a nosotros, el olor les parecería asqueroso.

Jane Seymour, su muerte por negligencia

El pasado de la historia es bastante machista, si nos ponemos a pensar. Como ejemplo, el rey Enrique obtavo mandó a ejecutar a dos de sus compañeras. Quizá le traicionaron, pero, ¿era realmente necesario? La chica que más quería nunca tuvo una corona en su cabeza, pero le dejó lo que tanto un monarca anhelaba, un hijo varón.

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Tras 17 meses de haber contraído nupcias, falleció, seguramente por negligencia. Tras el parto complicado que duró varios días, Jane perdió mucha sangre y contrajo una infección a la cual no sobrevivió después de 12 días de batallar contra ella.

¿Un palacio o un enorme baño?

Alguna vez habremos escuchado o leído sobre el palacio de Versalles, por su historia y también su arquitectura extravagante características de aquel tiempo. El palacio de Versalles fue construido por Luis XIV para que el consejo pudiese estar cerca y no tener que viajar.

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Esto fue una estrategia para mantener vigilados a todos los que le diesen problemas. El lugar albergó a muchísimas personas, más de nueve mil, quienes por las costumbres de la época hacían sus necesidades en cualquier lugar. Claro que existían las letrinas, pero poco las usaban y su asqueroso contenido se filtraba. Podemos imaginar todos los problemas sanitarios a partir de esto.

Problemas dentales del rey Luis XIV

El rey Luis podría decirse que tuvo una vida longeva, una familia numerosa, se reprodujo bastante cuanto tuvo la oportunidad. No solo era sucio en el asunto del romance, sino que también se conocía la suciedad de su boca ¡increíble!

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Luis era muy fanático de los dulces, así como todos nosotros lo hemos sido, ¿quién no? El problema para el rey es que mediante fue creciendo, al llegar a los 40 todos sus dientes habían sido extraídos de manera manual por sus problemas dentales. Pasar más de 20 años sorbiendo tu comida suena como algo muy molesto.

Cocineros nudistas del rey Enrique VIII

Así como muchos relatos de la edad media fueron exagerados, otros tal vez no tanto así. El relato de los cocineros del rey Enrique nos demuestra que la sociedad sí era un poco antihigiénica en aquellos tiempos y te sorprendería saber cuánto.

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Los cocineros del rey hacían su trabajo sin prenda alguna en su cuerpo, totalmente desnudos. Podemos imaginar con la falta de baño, también las ladillas, lo que esto significaba. El rey, ordenó al personal no quedarse a pasar la noche en la cocina y descansar ahí, así como también ordenó que se les comprase ropa para asegurarse de que estuviesen cubiertos.

Enrique IV preocupado por los baños

Ya lo mencionamos anteriormente, a la mayoría de los monarcas de la edad media les parecía un acto impuro y profano para las enfermedades lavar su cuerpo porque sus poros se abrían y dejaban entrar enfermedades a él. Este relato parece ser totalmente certero.

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No sabemos cuáles eran los hábitos del rey Enrique, pero lo que sí sabemos era que no le gustaba mucho cambiar su ropa, tampoco bañarse. Al acercarse a él el hedor que emanaba era tanto que las personas debían esconder el rostro. Una persona como él al enterarse de la ducha que había tomado su noble, se preocupó por la salud de este.

Más ‘mal aire’ y sus prácticas soluciones

Después de haber leído todos los títulos de esta lista te puedes hacer una idea de cómo era el olor de las calles de la Europa medieval, ¿no? La cuestión es que el olor es inimaginablemente asqueroso y seguramente mucho peor de lo que esperarías que fuera. Las personas tiraban sus desechos por las ventanas, de hecho de ahí salió la expresión “fuera abajo”.

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La triste solución de las personas de clase alta era utilizar ramilletes para intentar espantar un poco el olor o filtrarlo por sus narices. Los ramilletes estaban hechos de flores o quizá hierbas secas que oliesen agradablemente, pero imaginamos que no era una solución muy funcional.

El rey Jacobo I era un enemigo declarado de bañarse

Para que te consideren como una persona asquerosa en la Edad Media debía ser algo realmente grave, a fin de cuentas, todos olían mal, pero nadie tan mal como el rey Jacobo I de quien se decía desprendía un aroma que haría palidecer a cualquiera.

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La razón de todo esto era que según, el rey le tenía aversión al agua, por lo tanto no era nada común que se bañase, en cambio, se le podía ver con la misma vestimenta durante varios meses. Pero la pestilencia no evitaba que cautivara corazones, aunque en una ocasión varias damas de gran reputación se quejaron de que, debido a una noche que pasaron con el rey, ahora estaban cubiertas de piojos.